La culpa es nuestra, también (los políticos no se elijen solos)
La culpa es nuestra, también. Porque votamos una y otra vez a los dos principales partidos sin importar lo que hicieran, simplemente porque eran de nuestro bando. Porque fuimos al banco y pedimos un crédito que no podíamos pagar, para que nos envidiaran por lo que teníamos, no por lo que hacíamos. Porque en tiempos de bonanza asistimos impasibles al derroche del dinero que pusimos en manos de los gobiernos, sin preguntarnos si cuadraban las cuentas. Porque premiamos con las mejores audiencias a los programas de televisión más zafios y convertimos en iconos nacionales a los más mediocres, marginando a quienes buscaban la excelencia.
Ver la entrada original 150 palabras más